El icónico guitarrista británico ofreció un concierto inolvidable en el Estadio Vélez, un evento que quedará marcado en la memoria de todos los que tuvieron la suerte de asistir. Después de más de una década de espera, Clapton ofreció una verdadera cátedra de excelencia musical, consolidando su estatus como uno de los más grandes de la historia del rock.
La velada arrancó con la participación estelar de *David Lebón*, una figura clave en la historia del rock argentino. Personalmente seleccionado por Clapton para abrir el show, Lebón regaló a la audiencia una dosis de clásicos como “No seas dura” y “Noche de Perros”. El momento más íntimo llegó cuando el artista confesó: *»Esta guitarra me la regaló B.B. King, hace más de 10 años no la usaba, y hoy decidí traerla».* Este gesto emocionó profundamente al público, preparando el escenario para una noche colmada de magia musical.
El prodigioso guitarrista texano Gary Clark Jr. fue el siguiente en tomar el escenario. Su impresionante fusión de blues, rock, soul y hip hop electrizó al público desde el primer acorde. Con su estilo único, Clark Jr. no dejó a nadie indiferente, creando un ambiente de pura energía y admiración.
Finalmente, a las 21:00, Eric Clapton apareció en escena bajo una ovación ensordecedora. Con su guitarra en mano y acompañado de una banda de primer nivel, Clapton comenzó una actuación que dejó sin aliento a los miles de fanáticos. Clásicos como *“Sunshine of Your Love”, “Tears in Heaven”* y *“Layla”* fueron interpretados con la maestría que caracteriza al legendario músico, emocionando al público con cada nota.El punto culminante de la noche llegó con la interpretación de *“Accuse Me”*, cuando Clapton unió fuerzas con Gary Clark Jr. en una colaboración que fue pura magia. Dos generaciones de virtuosos del blues compartiendo escenario en un momento que quedará para la historia
El regreso de Eric Clapton a Argentina fue más que un simple concierto; fue una celebración de la música, el arte y la historia del rock. Cada acorde resonó en los corazones de los presentes, quienes dejaron el estadio con la certeza de haber presenciado algo verdaderamente especial. Clapton no solo reafirmó su estatus como una leyenda viviente, sino que dejó una marca indeleble en la memoria de todos los asistentes.

Ph: Gallo rockpix